Cubo sobre un poste. Número 35. Plataforma 35. Una paloma sobre el cubo. Siempre hay palomas, en todas partes. También en las terminales, en las que además de palomas, hay gente que se despide, como la mujer que ahora abraza a una chica más joven que tiene un bebé en brazos, y después al chico más joven. Además de palomas, y gente que se despide, hay, por supuesto, colectivos y gente que espera como la mujer sentada a mi izquierda, con las manos cruzadas sobre la cartera y las piernas pegadas a la valija. Cuida de su valija, porque teme que se la hurten, porque en las terminales, además de palomas, gente que se despide, colectivos y gente que espera, hay gente al acecho de las valijas. Por eso también, además de palomas, gente que se despide, gente que espera, gente al acecho de las valijas, hay gente como la mujer de uniforme verde y cachiporra descomunal que vela por la valija de la mujer sentada a mi izquierda. También hay gente que fuma, como yo, porque el altoparlante avisa que sale mi colectivo, y entonces fumo mientras despacho el equipaje, entrego cambio chico a cambio de comprobante, y fumo mientras hago la fila, entrego el pasaje y lanzo la última bocanada antes de poner el pie sobre el estribo del colectivo. Entonces el cigarrillo rebota, y cae a un charco color rojizo.
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